Orvieto: Cómo tramitar la ciudadanía italiana por Fernanda.

La Ciudadania la hice con mi hermano en el comune de Orvieto, provincia de Terni.

Nuestra ciudadanía salió en 65 días desde el día que firmamos contrato de alquiler hasta que nos respondieron.

Las actas se vencen a los 6 meses. Las mías tenían el famoso visto consular.

La foto que subo es de cuando viaje por primera vez a Italia y conocí el pueblo de mi bisabuelo con mi mamá.
Empecemos por el principio. No es que me desperté un día y quise irme a Italia a hacer la ciudadanía. La historia comienza allá lejos, siempre supe que tenía “tanitud en la sangre”. De mis 4 abuelos, por 3 partes tengo ancestros italianos: mi abuela paterna tenía orígenes piamonteses, mi abuela materna además de orígenes napolitanos y mi abuelo materno  orígenes de Ferentino, Lazio y de Leonforte, Sicilia. Por mi abuelo paterna  tengo ascendencia gallega y portuguesa o como siempre digo caboverdiana; y por supuesto siempre quise encontrar mi ancestro latinoamericano, pero todavía no lo pude encontrar más allá de toda la investigación que hice.

Siempre sentí un enamoramiento con Italia, algo de mi me decía que había algo acá (todavía no lo encontré). Año 2005, tenía 20 años y estaba haciendo otra carrera universitaria a la que me recibí. Ese año me anoté a un curso de italiano  y empecé a estudiar. A fines de ese año, un amigo que se había ido a Milano a estudiar en la Politecnico fue de visitas a Buenos Aires con dos amigos italianos, Ele y Daniele.

Seguí estudiando italiano, mi amiga Vicky se fue a Europa, primero a Italia donde la trataron mal (en Milano) y después terminó en Andorra. La idea siempre seguía, y Vicky insistía que vaya pero yo había empezado otra carrera y quería recibirme. Me recibí, pasaron cosas, muchas cosas. Diferentes trabajos, viajes, nuevos amigos, amigos que ya no están, ex novios, etc etc etc.

Año 2016, hablando con mi abuela Ana le cuento que quería hacer la ciudadania italiana, con ella hicimos todo el árbol genealógico. Por ella no podía sacarla, sino por Pedro. Escribí al comune de Ferentino y  a los 3 meses me llegó el acta.

Llegó el acta y mi bisabuelo tenía otros dos nombres, ahí me dije no voy a poder hacer la ciudadanía nunca. Bueno, el trámite lo congelé. Entre el 2016 y el 2019 pasaron más cosas, algunas muy tristes como no tener más a mi abuela del alma y perder a alguien que quiero mucho. Así como otras muy lindas, como poder compartir con mi mamá el viaje soñado a Italia.

Claramente, tiré mis 3 monedas a la fontana di Trevi. La primera se cumplió, las otras dos no. Conocimos Ferentino y Leonforte. En Leonforte conocimos familia lejana que era igual a mi bisabuela Dominga (era muy chiquita cuándo falleció). Me enamoré de Italia y sabía que iba a volver

Armado del viaje a Italia

Año 2019, le propuse a mi hermano ir a Italia a hacer la ciudadanía. Las cosas no parecían muy alentadoras y la ciudadanía era mi asignatura pendiente. Juntamos las cosas y escribí a miles de comunes para hacer. Una de ellas, me explicó que no tenía que rectificar nada. Nos propusimos hacer un voluntariado mientras buscábamos residencia,  y nos contactamos con varios, hasta que uno nos dijo que sí.

27 de Enero de 2020 ese día lo recuerdo porque me despedí por un tiempo de las personas que más amo en mi vida y era el día soñado. Nos fuimos a Italia y empezó la aventura.

Esto es lo que pasó desde el 28 de Enero al 25 de Febrero: Volví a explorar nuevamente Roma, conocí Firenze, me fui al campo en la toscana con hippies sucios que eran amables pero sucios, hicimos un voluntariado solos que era lo más extraño del mundo.

Nos dieron de comer cosas orgánicas, le contamos a nuestro anfitrión que veníamos a hacer la ciudadanía, no lo entendió (hace poco me preguntó si mi pasaporte era legal). Empezamos a buscar alquiler, él decía que nos buscaría alguien que nos aloje, tuvimos esperanzas y las volvimos a perder. Conocimos a una chica argentina que nos dijo que teníamos que ver a una persona, nunca la encontrábamos. Decidimos irnos a viajar, íbamos a ir al Carnaval de Venezia, pero resulta que se canceló por el coronavirus, me corté el pelo porque no sabía qué más hacer. Se nos ocurrió ir a Barcelona y después el 16 de Marzo volver a Argentina, no lo hicimos. Decidimos que nos íbamos.

Dónde la magía existe

25 de Febrero, último día en Orvieto. Ese día se cumplían 3 años de que mi abuela Ana había fallecido. Ese día conocimos a nuestro contacto. Entramos a una Iglesia y Ro se arrodilló (es ateo), yo pedí mi deseo correspondiente. Fuimos a hacer tiempo, nos pusimos a esperar afuera de una escuela de música y estaban tocando algo hermoso, cuando suena el teléfono y nos dice que nos había encontrado un departamento donde podíamos hacer residencia. Hicimos la residencia, entramos los papeles. Pasaron dos fines de semanas donde conocimos a la familia  de nuestra salvadora, que le estoy muy agradecida por habernos ayudado de la manera que nos ayudó. Nos quedamos en Italia haciendo la ciudadanía, ya que la residencia la teníamos.

9 de Marzo envían a los consulados los mails para la ciudadanía, ya que nuestros papeles estaban perfectos para presentar.

10 de Marzo se declara la cuarentena en Italia.

Desde ese día pasamos la cuarentena con mi hermanito, en donde nos quisimos, nos odiamos, vimos mucha tele, robamos internet en una ventana, baile, toqué el ukulele, hice videollamadas, envié mails a los consulados (soy intensa) y pasé mi cumpleaños ahí encerrada entre cuatro paredes. 28 de Abril recibimos el llamado más lindo, nos habían reconocido como ciudadanos Italianos. De ahí en más hicimos la carta d’identitá y empezamos a cambiar de fases en Italia.

Un especial agradecimiento a la funcionaria que me hizo el trámite, una persona muy cálida y con mucha luz siempre dispuesta a ayudar. Me saco el sombrero con los funcionarios, lo que sí hay que tener las actas bien y sin vencimiento.

El primer objetivo estaba cumplido!

Antes de hacer la ciudadanía en donde la hice, envié mails a varias comune para ver cuáles eran los requisitos que dos hermanos hiciesen en simultáneo la ciudadanía.