Nueva ley de ciudadanía italiana: qué dice y a quién afecta

La ciudadanía italiana por ius sanguinis ha sido durante años un derecho extendido que permitía a millones de personas en todo el mundo, especialmente en América Latina, solicitar su ciudadanía italiana a través de ancestros lejanos. Sin embargo, esto cambió radicalmente con la promulgación de la ley 74/2025, que entró en vigor el 24 de mayo de 2025.

“La nueva ley sobre ciudadanía italiana se promulgó el 23 de mayo del 2025, la ley 74 barra 2025. Todo comenzó con el decreto, el decreto ley que se anunció el viernes 28 de marzo y entró en vigor el 27 de marzo a las 23.59 de esa noche…”. Con estas palabras empieza la historia de uno de los cambios más significativos en la normativa italiana sobre nacionalidad.

¿Qué establece la nueva ley?

La nueva legislación limita drásticamente el acceso a la ciudadanía por descendencia. A partir de la ley 74/2025, solo los hijos y nietos de ciudadanos italianos nacidos en Italia podrán solicitar la ciudadanía, y exclusivamente si ese progenitor o abuelo tuvo únicamente ciudadanía italiana al momento de su muerte.

Esta modificación pone fin a la posibilidad de reclamar la ciudadanía italiana a través de bisabuelos o tatarabuelos, una opción que era válida hasta marzo de 2025. “…donde básicamente decía que la ciudadanía por Iuris Anguinis ahora lo pueden pedir únicamente los hijos o nietos de personas nacidas en Italia y que al momento de su muerte hayan tenido solamente la ciudadanía italiana, no como antes que no había límite de generación, podían ser bisabuelos, tatarabuelos o quien sea…”

¿A quiénes afecta esta ley?

Esta reforma tiene una repercusión directa sobre miles de personas en América Latina, en particular en países como Argentina, Brasil y Uruguay, donde hay grandes comunidades con ascendencia italiana.

Los descendientes que ya habían iniciado sus trámites deberán demostrar que están dentro del nuevo marco legal. Y quienes pensaban iniciar un proceso basado en la descendencia de bisabuelos o generaciones anteriores, lamentablemente ya no podrán hacerlo.

Cambios clave: más allá del ius sanguinis

Otro de los puntos críticos de la ley 74/2025 es la nueva normativa sobre la inscripción de hijos menores. Ahora se establece un plazo hasta 2026 para registrar a los hijos nacidos antes de la entrada en vigor de la ley, pero sin que se les aplique el principio de ius sanguinis automáticamente.

“…también introdujeron que si tenés un hijo tenés tiempo de inscribirlo hasta el año que viene, pero va a tener la ciudadanía desde el momento que se la asignan, no por Iuris Anguinis…”

Esto quiere decir que los hijos no adquieren la ciudadanía automáticamente por ser descendientes, sino que deben pasar por un proceso de asignación formal.

Fechas clave del proceso legislativo

El cambio legislativo fue rápido y generó sorpresa en muchas comunidades. Todo se inició con un decreto ley anunciado el viernes 28 de marzo, que entró en vigor ese mismo día a las 23:59. El proceso continuó con la aprobación en el Senado el 15 de mayo de 2025 y fue ratificado por la Cámara de Diputados el 20 de mayo. Finalmente, fue promulgado el 23 de mayo y entró en vigor el 24 de mayo del 2025.

“…Este decreto ley luego fue aprobado en el Senado el 15 de mayo del 2025, en la Cámara de Diputados la aprobación definitiva fue el 20 de mayo del 2025, se promulgó y se publicó la ley que es el número 74 barra 2025 el 23 de mayo y entró en vigor el 24 de mayo del 2025.”

Conclusiones

La nueva ley representa un cambio histórico y restrictivo en el acceso a la ciudadanía italiana. Está pensada para reducir la cantidad de solicitudes basadas en generaciones remotas y enfocar el derecho de ciudadanía en vínculos más directos y actuales. Las personas con planes de obtener la ciudadanía por bisabuelos o tatarabuelos han quedado fuera del sistema, y solo hijos y nietos pueden hacerlo, siempre bajo los nuevos requisitos.

Frente a este panorama, es esencial que quienes aún pueden aplicar lo hagan cuanto antes, cumpliendo con los criterios establecidos por la ley 74/2025. Porque el acceso a la ciudadanía italiana, aunque sigue abierto, ya no es para todos.

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