Hola a todos! Sono Italiano!
Y quiero compartirles mi experiencia, más con la búsqueda y reconstrucción, que es lo que a veces desalienta.
Para que vean que, como dice Seba Polliotto , se puede!
Vengo rastreando datos familiares desde hace 10 años. De hecho, en mi familia sabíamos de nuestra descendencia italiana pero nadie sabía quién era ni cómo se llamaba nuestro AVO (tátara). A mi me lo contó como al pasar mi abuela, hace muchos años, pero cuando yo decidí iniciar la búsqueda ella ya tenía Alzheimer. Y sólo me había dado el sobrenombre de su abuelo.
Primero: intensa búsqueda en Family Search para reconstruir el árbol familiar y enterarme de su nombre completo.
Pero no tenía ningún indicio de su comuna de nacimiento, región, provincia ni nada. Busqué en todos los sitios y listas habidos y por haber. Me contacté por Facebook con quienes pensaba que podían ser familiares descendientes, me fui al hotel de inmigrantes… y nada! Incluso apareció un cuadro de mi AVO que una persona muy anciana tenía colgado en su casa en un pueblo de Entre Ríos. Decía que era él, porque era el abuelo de su ex esposo. Efectivamente era. Primera vez que veía su rostro.
Finalmente di con una gestora que me consiguió su acta!, porque casualmente tenía una búsqueda iniciada desde hacía tiempo con ese apellido y dio con el comune.
Así que comencé una larga búsqueda del acta matrimonial. Luego de rastrear en 3 provincias posibles, descarté el casamiento por civil. Tuve que buscar en iglesias y apareció un documento insólito:
no había acta, sino un “expediente matrimonial”…
pero incompleto! Encima con los nombres mal escritos.
Pedí rectificación de los nombres al Arzobispado (por primera vez lo hacían en un documento así) y me extendieron un certificado firmado por el Arzobispo diciendo que ese documento es el único comprobante que tienen en sus archivos del casamiento entre fulanito y fulanito. Y en Italia fue aceptado!
Una vez recolectadas por fin todas las actas, veo que tenía 3 variantes del nombre del AVO y 7 rectificaciones por hacer!! (entre letras y edades de más).
Pedían que el proceso lo inicie mi abuela, al ser la primera viva en la cadena. Pero ella con Alzhéimer, imposible. Hubo que acudir a un médico y a un Juez de Paz para que autoricen a mi mamá.
Cinco meses de espera para las rectificaciones.
Luego legalizaciones en el Ministerio, Apostillas, Traducciones y Visto Consular.
Viaje a Italia con las indicaciones de Seba y acá estoy, 10 años después
con la historia más reconstruida, el pasaporte en la mano y el camino facilitado para el resto de la familia.
En Italia sigan al pie de la letra lo que explica y enseña Sebastián.
Y en Argentina no se rindan, pregunten, insistan, busquen alternativas y tengan mucha fe.
Éxitos a todos!!