Después de un largo y complicado periplo, finalmente puedo pronunciar (y escribir) las tan ansiadas palabras: SONO ITALIANA!!!!
Voy contar mi experiencia con la esperanza de que pueda serle útil a otros y en un intento por devolver un poquito de toda la ayuda que tantísima gente me brindó.
No recuerdo con exactitud todas las fechas, así que haré un racconto a grandes rasgos.
Mi travesía fue larga, duró casi 9 meses: desde el 9 de mayo de 2018, momento en que llegué a Italia, hasta el 30 de enero de 2019, día en el que finalmente tuve en mis manos mi tan preciada carta de identidad.
No obstante, el trámite en sí me demoró 4 meses.
Viajé con una amiga e hicimos todo a pulmón, sin gestoría ni asesoramiento. Nuestro vuelo fue Ezeiza-Gatwick (Londres).
No habíamos sacado pasaje de vuelta (encontramos una súper promoción que era sólo de ida) pero, por si las moscas, habíamos hecho lo que hace la mayoría: nos cubrimos con un baratísimo pasaje a Rumania (que está fuera del espacio Schengen) y también con un vuelo de Rumania a Australia (una de esas reservas que se caen a las 24 hs), para demostrar que, en definitiva, luego de unas semanas nos íbamos de Europa.
En migraciones, nos recibió un señor con muy mala cara y con muy pocas pulgas (algo bastante insólito para tratarse de un inglés) y casi, casi que no nos deja pasar: nos exigía el pasaje de vuelta a Argentina. No le importaron las reservas, ni el itinerario de hoteles y excursiones que teníamos preparado, ni ningún intento de explicación. A todo, su única respuesta era “dónde está el pasaje de vuelta a Argentina?”. Fue un momento muy feo, así que si están pensando en sacar pasaje sólo de ida, mi recomendación es que hagan una reserva de vuelta a su país.
Como entramos a Italia desde Londres, no fue necesario hacer la declaración de presencia.
El trámite lo realicé en la ciudad de Ragusa (Sicilia). Llegué ahí después de un largo y malogrado peregrinaje por el centro de Italia: San Benedetto del Tronto, Martinsicuro, Colonnella, Folignano, Ascoli Pisceno y Forlì.
La razón de los intentos fallidos fue mala predisposición en los comunes y/o imposibilidad de conseguir alojamiento. Con respecto a este último punto,
mi consejo es que eviten viajar en vísperas del verano y, en caso de que no tengan más alternativa, que eviten rotundamente los lugares turísticos.
Una vez en Ragusa, en una semana logramos conseguir alquiler a través de una inmobiliaria y firmamos contrato por un año, con la posibilidad de rescindirlo antes.
Esto es importante, porque es difícil conseguir alquileres por poco tiempo y en algunos comunes los contratos por un par de meses no te habilitan para fijar residencia. La clave está en acordar con el dueño la posibilidad de cancelarlo antes de que se cumpla el plazo establecido por contrato. Por otra parte, en el proceso de búsqueda, a todas las inmobiliarias a las que íbamos nos pedían recibo de sueldo, algo que obviamente no teníamos. Así que les explicábamos que sin residencia no podíamos hacer la ciudadanía y que sin ciudadanía no podíamos trabajar, y les ofrecíamos pagar 3 meses por adelantado. Afortunadamente, esto último no fue necesario, pero nos sirvió para inspirar mayor confianza.
Como hicimos todo a través de inmobiliaria, no tuvimos que ir a registrar el contrato a la Agenzia delle Entrate porque se encargaron ellos (al día siguiente, el contrato ya estaba registrado).
El vigile pasó 8 días después, algo excepcional porque suele demorarse más (en general, un mes y contando). Antes de pasar, nos llamó por teléfono para ver si íbamos a estar en casa al día siguiente y pudimos acordar la hora.
Si bien una vez que pasó el vigile ya estaba todo listo para presentar carpeta, no lo hice porque estaba esperando una info sumaria de Argentina (ya estando en Italia, precisamente en San Benedetto, la mujer del comune me descubrió un error, que por supuesto yo no había visto, y no me quiso aceptar los papeles, así que busqué hacer una rectificación express mediante un juez de paz).
La cuestión es que el tiempo pasaba y cada vez me quedaban menos días como legal, así que tramité el permesso di soggiorno. No sé si esto funciona así en toda Italia, o si es sólo en Sicilia… o es sólo en Ragusa,
pero me permitieron sacar el permiso sin haber presentado la documentación que corroboraba que estaba en espera de la ciudadanía.
Los pasos fueron así: pedí el kit amarillo en la Posta, lo llené, pagué un poco más de 100 euros y me dieron el turno para ir a la Questura con fecha a tres semanas.
La Questura suele estar desbordada de gente y el trato que te prodigan no suele ser el mejor, así que es un lugar para ir con paciencia.
El día del turno me pidieron el certificado del comune que demostraba que estaba en espera de mi ciudadanía. Como no lo tenía, me dieron un papel en donde decía que tenía tres meses para presentarlo.
No sé si se entiende: sin haber hecho más que haber pedido el “kit giallo” y presentarme en la Questura el día del turno, obtuve 3 meses más para estar de forma legal en Italia.
Con respecto a la info sumaria que estaba esperando, como el hombre de la Posta Italiana no vio mi nombre en el portero, mandó de vuelta la documentación a Argentina (fue un hermoso momento!).
Así que una de las primeras cosas que recomiendo que hagan es poner su nombre en el portero.
Como sabía que la rectificación se iba a demorar por demás y el error que tenía me habían dicho que no era tan grave, me arriesgué a presentar mi carpeta sin la rectificación. Y así lo hice, finalmente, el 2 de octubre. Ese día, la dottoressa (Manuela), sin haber mirado mis papeles, me extendió el certificado de ciudadanía en trámite para presentar en la Questura y así poder completar el permesso di soggiorno.
Entre que presenté mi carpeta y la dottoressa la miró, pasaron nada más y nada menos que 2 meses y monedas. Recién para mediados de diciembre me dijo que estaba todo bien y había mandado los PEC.
En mi caso tuve la grandísima fortuna de que los consulados me respondieron rapidísimo: Mar del Plata a la semana y CABA a los diez días (sí, CABA… verdaderamente increíble!!). Si bien para el 21 de diciembre ya estaba todo listo, recién un mes después Manuela resolvió lo que le competía a ella para finalizar mi trámite y pude obtener la carta de identidad electrónica (sale 22 euros y está lista a la semana; en tanto, el pasaporte sale algo así de 120 euros y tarda más o menos un mes).
Con respecto a tramitar en Ragusa:
ASPECTOS POSITIVOS
Se trata de un comune muy flexible.
A mí me tomaron la carpeta con dos errores (ambos descubiertos estando ya en Italia): 1) en el acta de casamiento de mis papás, la nacionalidad de mi AVO estaba mal escrita: decía “argentino”, en vez de decir “italiano”; 2) en el acta de casamiento de mi AVO, estaba mal escrito su lugar de nacimiento: invirtieron ciudad y provincia (decía: nacido en Ascoli Piceno, provincia de Fermo, y es al revés).
Otro dato muy importante: me tomaron las actas con un año de vigencia.
También es para destacar: la posibilidad de comenzar el soggiorno sin haber presentado la carpeta y obtener, así, tres meses más de legalidad (insisto, no sé si esto es así en otros lugares); y la posibilidad de trabajar con la ricevuta del soggiorno (está difícil, pero nosotras conseguimos trabajo y con ese único papel nos hicieron un contrato).
Con respecto a los costos de vida, resulta un lugar bastante económico. Con menos de 500 euros al mes se vive. Paso algunos precios para que tengan una referencia: alquiler de un departamento de dos ambientes, 250 euros mensuales + servicios (luz, 50-60 euros bimensuales; garrafa, ya que el departamento no tenía gas natural, 50 euros bimensuales); comida y artículos varios, 100-150 euros al mes. Por supuesto que el gasto va a depender del uso que hagan de la luz y del gas, así como de cuánto coman, de cuántos lujos se den y de si salen a conocer y recorrer otros lugares de la zona.
ASPECTOS NEGATIVOS
Es una de las ciudades más aburridas y tristes que conocí. No hay nada para hacer o conocer.
Es bastante inaccesible e incómoda para movilizarse sin auto y el transporte público no funciona. La población está compuesta mayoritariamente por gente grande.
Dado el propósito perseguido, estas cuestiones deben pasar a un segundo plano… así y todo, cuando se pasan muchos meses en un lugar así, la vida puede volverse bastante pesada.
En tanto, la dottoressa trabaja a ritmo muy lento: de los 4 meses que tardó mi trámite, 3 meses y medio fueron producto de sus demoras.
Como dije, yo fui una privilegiada porque me respondieron rapidísimo los consulados que me correspondían, pero de haber tardado CABA lo que suele tardar (un promedio de 3 meses), mi trámite se hubiese extendido unos 7 meses y contando. Así que, quien quiera venir a tramitar acá, sepa que los tiempos que se manejan suelen ser extensos.
Por otra parte, este último tiempo estuvo llegando mucha gente para iniciar la práctica de la ciudadanía y la dottoressa ya no tiene la misma predisposición que hace unos meses atrás. Así que no sé si todas estas facilidades que estoy contando durarán mucho tiempo más o si empezarán a ponerse más exigentes.
Mi consejo es que, sea cual sea la ciudad que elijan para realizar el trámite, consulten antes de viajar para saber cómo está el panorama… porque lo que hoy es un comune piola, mañana se puede convertir en un lugar complicado.
También les aconsejo que, salvo por estrictas cuestiones de tiempos, no dejen nada para hacer en Italia. Una vez acá, todo resulta mucho más engorroso y mucho más costoso, y además implica perder días que pueden ser valiosísimos. Justamente por razones de tiempo, yo hice la asseverazione de mis traducciones estando en Italia (en Ragusa, precisamente) y me terminó saliendo mucho más caro, además de que fue sumar otra preocupación a las que ya tenía.
Asimismo, revisen y revisen, hasta el hartazgo si es necesario, toda su documentación.
Como ya conté, yo me enteré de mis errores estando en Italia e intentar resolverlo me demandó tiempo y plata, dos cosas que –creo– nadie está en condiciones de perder.
Un último consejo, que lo dicen todos y yo me sumo porque realmente es así: aprendan italiano, todo lo más que puedan. Los tanos no se esfuerzan ni un poquito en entenderte ni en hacerse entender. Cuanto mejor manejen el idioma, más sencillo les va a resultar todo.
Lo que acabo de relatar fue MI experiencia personal y no quiere decir que a otros vaya a sucederles de la misma manera. Cada vivencia es única, así como lo es cada comune y cada caso particular.
Para algunos, este proceso resulta fácil y sencillo. Para otros de nosotros el camino se vuelve un poco más espinoso y complicado. Van a planificar mil cosas y tal vez todo se concrete como lo planearon… pero siempre existe un margen más o menos grande de imprevisibilidad y, a veces, ahí suceden cosas buenas. Yo tuve la fortuna de cruzarme con gente que, sin conocerme, me tendió una mano y me ofreció su ayuda desinteresadamente. Tuve vivencias impensadas y conocí lugares que ni siquiera sabía que existían en el mapa. E incluso las situaciones difíciles (que se tornan mucho más difíciles al estar lejos de casa) siempre nos dejan algo bueno, aunque más no sea el demostrarnos que tenemos más aguante del que creíamos. En fin,
es una experiencia que vale la pena atravesar y, sea como sea que las cosas se les presenten, mi consejo es que disfruten cada paso de esta aventura y que se abran a las maravillas que ofrece la incertidumbre.
Como dijo Machado: “caminante no hay camino, se hace camino al andar”.
BUONA FORTUNA PARA TODOS!!!!